lunes, 19 de abril de 2010

CUANDO LOS HIJOS SE VAN........

CUANDO LOS HIJOS SE VAN…..

Señor, quiero expresarte mi angustia al acercarse el momento, de ver a alejar a mis hijos. Saber que la misión que me encomendasteis, parcialmente se ha extinguido, como se acaba una vela, aunque se mantenga airosa hasta el final de su mecha, como se esconde el sol, aunque no abandona a la luna, en sobre protectora tarea de alejar las sombras en cada madrugada, pero con la impostergable diferencia de lo finito de nuestra existencia

Cuando nacen los retoños, el tiempo se torna burlón, cada segundo es eterno, cada mirada se envuelve en amorosos capullos, impregnados de caricias al reconocerse juntos, padres e hijos, fundidos en indescriptible ternura, del que renace en su huella y emprende un redescubrir de horizontes, de experiencias, de nuevas primaveras….

Luego la vida es un triunfo del que decide vencerla, del que aunque caiga preserva el indomable espíritu luchador, de aquel nacido de un pecado original, parido con dolor y bendecido al mismo tiempo, al saberse el amado fruto del amor. ¿Qué padre no guiaría la tierna raíz de su esencia hacia la luz? ¿Acaso odiarías tu reflejo, a sabiendas del poder transformador, que el mismo Dios te ha regalado sobre su imagen?

Si es mujer aquel retoño, le entregamos en esta vida todo el respeto y consejos del que moldeado, moldea. Le enseñaremos a vivir intensamente en familia, a escuchar a los hermanos, ser la amiga sincera, a emular a la madre, ser una emprendedora, ser una justiciera y sobre todo el amor, porque al tener la pareja, siempre anhelaremos que viva querida y también amada.

Si es un varón, le mostraremos el respeto, las bondades de ser ejemplo creador y no de banalidades, de ser recto y trabajador, sincero, honesto y sobre todo….hombre de bien. Siempre surgen las preguntas de ¿a quien se quiere mas, si al varón o la hembra? Es imposible que un mismo corazón, tenga semejante respuesta, son dos amores en uno, son únicos e inconfundibles, son la razón de vivir del ser humano, ni más ni menos.

Cuando los hijos se van, hay que dejarlos volar, aunque nos duela la soledad de sus cuartos, echar de menos la intranquilidad de sus arrebatos, encontrárselos en la sala, en la cocina, en el baño o solo en retratos….Aunque vivan al lado, nada es lo mismo, cuando se van o se casan, algo termina en ese circulo sagrado, intimo que construimos. Pero todo se ha cumplido y aunque pasemos de padres a abuelos, ese cordón umblical que nunca cortamos, el de ser amigos, trascenderá los tiempos manteniéndonos unidos.

Hay que dejarlos volar…asi es la vida